Color blanco, roto, sucio o hueso
Los desconchados en la pintura del radiador que colgaba de la pared al lado izquierdo de la cama—estando acostado boca arriba—le hacían sentir bien.
Es curioso cómo un objeto fácilmente perceptible como amenazante, dado que sus segmentos paralelos y verticales permanecieron en fila junto a su piel, abarcando desde la altura de su codo hasta su cabeza, podía ser tan acogedor.
Un enchufe con transformador EU/USA quedaba cerca, abajo, también a la izquierda pero del aparato de calefacción central. Así que lo usó como soporte para el teléfono mientras lo cargaba las noches que dormía allí. Parecía divertirle la mínima sensación de vértigo que sentía cuando colocaba el celular sobre la horizontal discontinua formada por las fases del calentador en su parte más alta. Puede que de haber vivido en aquella habitación lo hubiera modificado para convertirlo en una mesita de noche sin riesgo de caída al vacío.
Cuando prestaba atención a las partes de la superficie con pérdidas, recorría con la mirada la forma de las faltas de pintura. Eran de varios tamaños e irregulares, pero ninguna de ellas mayor que el retrato de mujer de pelo largo de la moneda de un dólar, y distinguía tres capas.
La más oscura era también la más cercana al agua caliente que circulaba por el interior. Olvidada por las propiedades de preservación del esmalte que ya no estaba —y puede que también por la habitual falta de luz en la habitación— la percibía de color negro.
La capa intermedia era también visible gracias a los mismos accidentes, apenas una línea blanca. Delimitaba la forma oscura, funcionaba como un elemento de contraste que sobresale desde atrás, para resaltar en un gesto mínimo las diferencias entre los planos emocionales como los pintados a propósito en algunos cuadros.
Dicen que la piel es el órgano más grande del cuerpo. Es la superficie que nos separa y que a la vez nos mantiene en conexión con nuestro entorno.
La última capa separaba y conectaba la totalidad del calefactor con lo que ocurría en el cuarto, excepto por las formas exentas de la misma sustancia que al no estar, les permitía ser.
Del denominado color blanco roto, sucio o hueso, por su temporalidad y color, al ser el tono intermedio aplicado en último lugar, organizaba hasta donde él recuerda un degradado ni regresivo ni progresivo de colores neutrales.
JUAN SÁNCHEZ, Catálogo. DKV Grand Tour 2016 - IX Edición, UPV - Espai Rambleta, València, 2018.