"Al querer alcanzar las proporciones de lo ideal, al no limitarse a la humanidad, los jóvenes pintores nos proporcionan obras más cerebrales que sensuales. Se alejan cada vez más del antiguo arte de las ilusiones ópticas y de las proporciones locales para expresar la grandeza de las formas metafísicas. Por ello es por lo que el arte actual, sin ser emanación directa de creencias religiosas determinadas, presenta sin embargo varios rasgos del gran arte, es decir del Arte religioso."
APOLLINAIRE, Guillaume, Meditaciones estéticas. Los pintores cubistas, Pág. 23, Visor. Dis, Madrid, 1994.