Sobre La clavija y el ladrón
Salgo a dar un paseo. No estoy especialmente animado, pero son las 11 de la noche de un miércoles y mi cuarto me come. Al día siguiente es festivo y unos amigos han organizado una cena en su piso de estudiantes. De camino, junto a los contenedores de basura que hay al lado de mi casa, veo un multiconector con una clavija enchufada y aunque me atrae, sigo caminando. Hoy no se trabaja, tengo lo suficiente para comprar unas cervezas y estoy dispuesto a olvidarme de todo. Sin poder evitarlo, pienso en que alguien ha decidido cortar el cable del enchufe macho al no conseguir extraerlo del ladrón. Algo ocurre, automáticamente se establece una conexión entre este acontecimiento y una escena que vi y fotografié hace unos años: dos perros apareándose. Los perros, cuando follan, pueden estar varias horas sujetos por sus órganos reproductores, enganchados, sin saber qué pasa y cómo desligarse. Por otro lado, alguien fue incapaz de desconectar la clavija del ladrón y cortó el cable.
JUAN SÁNCHEZ, Notas, València, 2013.