1. Adverbio relativo de lugar que expresa la dirección de un movimiento. Es palabra átona y por ello se escribe sin tilde, a diferencia del adverbio interrogativo o exclamativo adónde (→ adónde). Funciona, a modo de conjunción, introduciendo oraciones de relativo con antecedente o sin él: «Desciende a los infiernos, adonde va a buscarlo la Diosa Madre» (Cousté Biografía [Arg. 1978]). / Fuente: Diccionario panhispánico de dudas RAE

Un recorrido por el espacio de trabajo de Alan Sastre en Londres en Noviembre de 2019


El espacio de trabajo de Alan Sastre en Londres en Noviembre de 2019 se divide en tres zonas: una oficina (En adelante, Zona B), un área principal de trabajo (En adelante, Zona A) y un entresuelo (En adelante, de manera general Entresuelo y específica Entresuelo A y Entresuelo B).

La Zona B está pintada de blanco por dentro y por fuera, y ha sido construida a medida en el fondo de la Zona A. El techo es doble, de paneles translúcidos de PVC montados sobre bastidor de madera abatible. El habitáculo contiene varios apliques para colgar ropa, una estantería pequeña con libros, una discreta cómoda baja y una estufa eléctrica. Al ser las paredes de Pladur también dobles y estar rellenas de material aislante, conserva bien el calor. Vista desde la Zona A, deja a su izquierda un pasillo ajustado para abrir la puerta y salir de la habitación, que es una oficina pero también podría ser un espacio multiusos.

Cerrada la puerta de la Zona B aparece en la Zona A, y al fondo del pasillo ajustado para abrir la puerta de la Zona B, una estantería instalada de izquierda a derecha. Hay botes pequeños de cristal y hojalata con pigmentos en polvo y otros con otras sustancias. Estos objetos, si pudieran moverse desde el pasillo y ver, verían varios muebles. En el suelo, al fondo a la derecha, un compresor de pintura. Justo al volver la esquina izquierda, una silla de madera. Delante, un banco de trabajo con herramientas. Contra la pared de la izquierda de la Zona A, una mesa longitudinal sobre la que se han instalado baldas para más materiales. A la izquierda en la pared colgando brochas y pinceles. A la derecha, una nevera que sirve de peana a un microondas. Puede que equipado con grill.

A continuación del microondas sobre nevera, una escalera de madera construida en la Zona A da acceso al Entresuelo. Al subir, un pasillo con baranda de madera también construida en la Zona A lleva de nuevo al fondo del Entresuelo. Este nivel superior se divide en dos espacios. Inmediatamente después y al mismo nivel que el pasillo, la mitad derecha (Entresuelo B) está ocupada por bastidores de madera desmontados y agrupados de uno en uno con cinta de embalar, lo que podrían ser ventanas o espejos protegidos con mantas, bultos de formas indeterminadas y una bicicleta que por la doblez del cuadro pudo haber sido arrollada por un vehículo mayor. Situada en un nivel ligeramente superior a este nivel superior, la mitad izquierda (Entresuelo A) alberga maletas y posiblemente un grupo de pantallas planas embaladas de tamaños grande y mediano. Por confirmar. El techo es inclinado.

Una vista amplia de la pared opuesta a la puerta de entrada a la Zona A se facilita al bajar del Entresuelo por la única vía posible, construida en la Zona A con madera y con algunas de las herramientas emplazadas en las baldas, en la mesa y en el banco de trabajo. De esta pared cuelgan objetos que previamente fueron ensamblados y cubiertos por varias sustancias entre la Zona A y el techo doble abatible de la Zona B. Son, al igual que los objetos almacenados en el Entresuelo, rectangulares. Están compuestos por bastidores de madera y aluminio sobre los que se ha tensado tela de algodón, sujeta con grapas a la parte que no es visible desde una posición frontal. Por motivos que Alan Sastre conoce, sobre el algodón se disponen varias capas: una de gesso, una compuesta por polvo de mármol y polímeros, una o varias de pintura acrílica y una mezcla final de sílice y barnices.

De entre todos los objetos dispuestos en este espacio de trabajo, solo una selección de los objetos rectangulares que se pueden agrupar en dos series —por coincidir dos tamaños— y de distinta apariencia (cuando hay luz natural o artificial), ha sido transportada a un espacio que reúne las condiciones para su instalación y exposición pública. Esta situación se da, entre otras cosas, porque el propio Sastre y un grupo de personas ajenas a su espacio de trabajo lo encuentran conveniente. Ninguno de estos objetos rectangulares instalados en el nuevo espacio es el techo doble, de paneles translúcidos de PVC sobre bastidor de madera abatible.


JUAN SÁNCHEZ, Hoja de sala. Exposición individual Mar vacío y caverna de Alan Sastre, WE COLLECT, Londres, 2019