—Bienvenido al club.
—¿Club? ¿Qué club es ese?
—La Hermandad Internacional de Perros Perdidos. ¿Cuál iba a ser? Te admitimos como socio de pleno derecho con carnet. Número de serie cero, cero, cero, cero.
—Creí que ese sería tu número.
—Lo es. Pero también es el tuyo. Esa es una de las ventajas de la Hermandad. Todos los socios tienen el mismo número. "
AUSTER, Paul, La música del azar, Pág. 76 - 77, Anagrama, Barcelona, 1998.